Shopping con mi hermana (Alice)

Esa tarde quede de verme con Alice en el centro comercial pues necesitaba renovar mi guardaropa y distraerme un poco. Estos días me sentía apartada de la familia y no los veía muy amenudo. Así que me sente en una banca mientras la esperaba.

No parecía haber nadie conocido cerca de aquí, bueno no importaba, nunca fui muy buena para relacionarme con la gente y menos con los humanos.

Después de estar unos segundos esperando a mi hermana, me dí cuenta de que varias personas volteaban a ver algo. Fue entonces que divisé la pequeña figura moviendose con gracias hacia donde me encontraba.

Sonreí de inmediato al verla, era una de las pocas personas que podían arrancar una sonrisa de mi rostro y entenderme completamente. No como los demás quienes solo me veían como una cara bonita.

- Para nada, acabo de llegar. - le dije poniendome de pie. - Creo que necesito un nuevo guardaropa y obvio necesito a la experta. Espero que puedas conmigo.

Reí con ella ante su tono dramático, suprimiendo mis deseos de sacarle la lengua de forma infántil.
Caminamos de la mano rumbo a la tienda, definitivamente una tarde para nosotras me haría bien. Estaba segura de que Alice tendría muchas cosas que preguntarme y yo también quería saber bastantes. Cosas de la familia. Pero antes de que pudiera decirle algo, ella comenzó a preguntarme.

- Pues a decir verdad a Emmett no lo he visto... - le dije con toda confianza. - Se que está bien, pero no estaba conmigo. Nos comunicabamos por teléfono. Yo fui un tiempo a Alaska con Tanya y su familia, necesitaba tiempo para pensar varias cosas.

Terminé de hablar y sonreí. Supuse que Alice debería de haberme visto allá, pero no estaba segura. Ahora era yo quien quería preguntarle algo.

- Cómo están todos por aquí?

No tenía idea de que Jake fuera tan enserio con mi sobrinita. No es que me agradará mucho la idea de que el chucho fuera parte de nuestra familiar, pero si Renesmee lo quería eso era suficiente para darle mi apoyo. Ya me acostumbraría a su presencia después.
Me puse a pensar en poco en el hecho de que habíamos venido aquí antes, y después de unos segundos asentí.

- Tienes toda la razón, ya lo recuerdo. Ultimamente tengo la cabeza en otro lado.

Dije sonriendo, pero es que Alice y yo siempre ibamos de compras por todos lados que me era difícil recordar exactamente todos los lugares a los que ibamos. Mis tiendas favoritas estaban en Europa, pero ya tendríamos tiempo de ir allá después.

- Deberías darles unas cuantas sugerencias para mejorar su imagen, después de todo tienes muchas ideas. El lugar necesita un cambio, así atraerá más gente.

Pero mi comentario no sirvio de mucho pues al acercanos otro poco, pude percatarme de que el lugar estaba lleno. Humanos por doquier. No era precisamente algo que me agradara mucho.

- El dinero es lo último de lo que nosotras tenemos que preocuparnos... pero si quieres entrar ahí está bien.

Fue cuando termine de escuchar a Alice que me dí cuenta de que estaba muy distraída y debía relajarme un poco. No estaba segura de que me perturbaba tanto, fuera lo que fuera esperaba que no fuera nada grave.

Sin decir nada más me acerque a ella con una sonrisa, no iba a dejar que mis ideas arruinarán mi tarde con mi hermana. Me acerque con sumo cuidado a la entrada, Alice ya había atraido bastante atención de parte de todos los humanos presentes, la cual solo creció cuando llegue a su lado.

- Vaya, alguien hizo un buen trabajo con el lugar. - dije sonriendo maliciosamente. - Qué dices hermanita, gastamos algo de dinero?

Definitivamente podía observar varios vestidos que llamaban mi atención. Uno amarillo, otro plateado y uno negro. Y que se preparan si alguien podía comprar por mucho tiempo eramos nosotras.

Observe a mi hermana por dos segundos, dando sus elegantes brinquitos alrededor del lugar y luego comenzé a caminar rumbo a aquel vestido amarillo que tanto me había gustado. Seguramente se me vería muy bien, pero aún asi me lo probaría.

Cuando iba llegando una chica había tomado el vestido plateado que yo quería. Me giré hacia ella y le sonreí de forma encantadora. Odiaba tener que "hipnotizar" a la gente, pero está vez tenía que hacerlo.

- Disculpa, me podría quedar con el vestido? - pregunté, mientras la chica me sonreía y lo soltaba.

Alice estaba por probarse varias cosas y me encaminé hacia ella después de tomar el vestido negro también. Le sonreí.

- Hay que probarnoslos.

- Si.

Cuando termine de cambiarme de nuevo, salí y me pusé a ver unos sueterés que habían a un lado, de muchos colores y diseños. Sin duda está tienda de ropa tenía de todo para comprar. Definitivamente tendríamos que venir aqui más amenudo.

Cuando Alice salió del vestidor me giré para verle. Aquel vestido le sentaba muy bien, no había necesidad de decirselo pues su rostro me lo decía todo. Le había fascinado.

- Muy buena idea, a Jasper le encantará como se te ve. No creo que duro mucho después de la boda. - le dije riendome un poco. - Te ves divina, hermanita.

Luego medité un poco lo del secuestro de Bella. Tarea difícil pero no imposible, estaba segura de que Alice y yo podríamos secuestrarla... Mi relación con Bella había mejorado mucho desde que Renesmee llegó a la familia.

- Tenemos tiempo para idear un plan.

Comenzé a caminar a su lado, iba a ofrecerme a cargar la cesta pero sabía que Alice no tendría ningun problema con está. Me dedique a observar las caras de incredulidad que se posaban en nosotras, simplemente les regale una sonrisa a todas aquellas expresiones de curiosidad.

- Supongo que tu vas a organizar la boda de Renesmee si se lleva a cabo, que quede claro que quiero ayudarte, me lo permitirías?

Me sentía muy animada, pasar la tarde con Alice me había puesto de buen humor y me había hecho olvidar todo lo demás. Y al parecer nos quedaban muchas horas más de diversión. Justo antes de llegar a la caja me percaté de que Alice le hechaba el ojo a un par de lentes de sol, me reí al ver su expresión y luego ante su comentario.

- Querida hermana, a ti todo lo que tenga que ver con la moda te llama. Venga, dame la canasta que si no estaremos en la caja mucho tiempo esperando, mira la cola que ya hay. - le dije tomando la cesta de sus manos y acercandome a la caja.

La muchacha delante de mí me miró sorprendida al ver toda la ropa que llevaba, le sonreí y luego me giré hacia Alice.

- No lo dudo hermanita. - le dije riendome.

Justo en el momento en el cual observaba a Alice danzar hasta el estante donde se encontraban todos los lentes y probarse algunos, fue entonces que la chica que estaba delante de mi comenzo a pagar sus cosas, al menos ya solo quedaba una persona delante de nosotras.

La gente seguí acomulandose en la tienda, a pesar de que ya no quedaba mucha ropa, al menos la mejor había sido escogida con rapidez. Fije mi mirada en un par de chicas humanas que peleaban por ver quien había cogido un vestido antes y me comenzé a reir.
Alice volvió a mi lado y me dijo algo pero después se quedó un poco inmóvil, estaba teniendo alguna visión. Cuando volvió a reaccionar la observe con incredulidad.

- Zapatos plateados, no rojos. - repetí, mientras le daba la cesta. - No tardo, ya tengo un par en la mira.

Caminé al estante con elegancia y tomé los lentes cafés que había visto, para luego probarmelos. Hacía un tiempo que no compraba un par de lentes de sol nuevos, no perdería la oportunidad. Contenta volví con Alice, justo a tiempo para que comenzaramos a pagar.

- Paguemos con mi tarjeta, te toca en la próxima tienda. - le dije, mientras sacaba la tarjeta de mi bolsa.

Una vez que termine de sacar la tarjeta de mi bolsa, me enfoque en la cajera. No dejaba de mirarnos, y a pesar de estar acostumbradas a las miradas constantes de la gente siempre deseabamos poder encajar, cosa casi imposible. El rostro de la cajera hacia que más personas nos observarán.

- Claro que no te dejaré pagar lo más caro querida, para eso traigo la tarjeta de Emmett.

Me reí entonces, pero al mismo tiempo comenzaba a sentirme impaciente por la falta de velocidad de la cajera. No quería verme grosera pero si no se apuraba terminaría gritandole o quizá podríamos deslumbrarla y obligarla a apresurarse...

- Me siento como una super estrella de cine al ver todas las miradas que se posan sobre nosotras.

Esto lo dije en voz bastante alta para ver si lograba disuadir algunas de las miradas y lograr un poco de privacidad para Alice y para mi. La cajera agacho la cabeza avergonzada y por fin entramos en las últimas prendas de ropa por cobrar. Le dí la tarjeta con una sonrisa en el rostro.