Sentada frente a los columpios (libre)

Estaba caminando por la ciudad sin un rumbo fijo.
Iba mirando a un lado y a otro, tratando de encontrar algo que llamara mi atención, hasta que me encontré con un pequeño parque.

Crucé la calle con cuidado de que no me pillara ningún coche y me senté en uno de los bancos que había frente a los columpios.
Los pies no me llegaban al suelo, por lo que empecé a mover las piernas, balanceándolas ligeramente.

Me quedé mirando fijamente a la gente que había a mi alrededor. Me distraía el ver a la gente pasar.

Caminando tranquilamente denuevo por ese parque el cual me habia traido buenos recuerdos, me fije en los columpios los cuales chillaban suavemente al ver que una pequeña niña se valanceaba tranquilamente mirando a las personas pasar.

Una niña muy hermosa debia de decir, pequeña pero preciosa, me cautivo su belleza por lo que me hacerque con tranquilidad. La mire por unos segundos y me sente en el columpio de alado que estaba vacio.

-Hola pequeña.- murmure sonriendole

Una mujer se me acercó hasta donde yo estaba y me saludó. Despues se sentó a mi lado.

—Hola—saludé yo con mi voz aguda. Lo mejor de ver pasar a la gente era cuando alguna persona se paraba para hablar conmigo, ya que así no estaba todo el rato sola. Sonreí levemente.

-Hola pequeña.- repeti sonriendole levemente mientras volvia mi rostro al frente para mirar como las personas pasaban con tranquilidad como si nada les aterrase en esta tierra.

Mire nuevamente a la pequeña que sonreia hermosamente, con su pequeña boca y mostrando sus pequeños dientes blancos. Toda una ternura no podia negarlo.- ¿y tus padres?.- pregunte con curiosidad, ¿como podia estar una pequeña sola en un parque donde podia pasarle cualquier cosa?.

Me encogí de hombros ante su pregunta. Nunca había conocido a mis padres... ¿como iba a saber entonces donde estaban?

—No se—dije con simpleza—Yo los busqué un tiempo, pero ya me cansé...—luego de esto volví a sonreir, como si mi situación fuera de lo más normal.

Volví a fijar mi mirada al frente.

Voltie mi vista rapidamente a la preciosa niñita que tenia a mi lado, ¿como podia estar sola?.
Yo sabia que era un Hibrida y era segunda ves que me encontraba a una. Pero hibrida o no, debia de tener padres... ¿que vampiros mas irresponsables podian dejar a una pequeña niña sola?.

-¿Estas sola pequeña?.- dije sorprendida, un escalofrio me dio en mi espalda sin poder evitarlo.- Pero....Entonces estas solita?.- pregunte con tristesa, no podia evitar sentirme mal por ella, yo que tenia 19 años me sentia sola, y ella que tenia.. unos pocos añitos ya estaba sola, no podia imaginar lo que sentia.

Miré a la chica a los ojos. Ella parecía triste, aunque no sabía el motivo... ¿Tal vez se aburría de estar en el parque? No, no creo que fuera por eso...

—No estoy sola—contesté—Ahora tu estás conmigo—una sonrisa se volvió a dibujar en mi rostro.

La pequeña me partio el alma cuando hablo con tanta ternura diciendo tan lindas palabras. Aun no entendia como podian dejar a tan bella criatura sola sin nadie quien la proteja.

-Claro que si pequeña, ahora estoy contigo.- murmure sonriendole de lado mientras estiraba mi mano y tomaba la suya con cuidado, tenia unas ganas de dejarmela conmigo, que se fuera conmigo, para cuidarla y que no estubiera mas sola.- Pequeña, no te gustaria estar con alguien para siempre?.- pregunte con curiosidad para luego preguntarle lo que yo queria.

Abrí los ojos con interes mientras que miraba a la chica. Tomé su mano delicadamente. Estaba fría, pero no me importó en absoluto.

—¿Eso se puede?—pregunté con asombro, tratando de reprimir una gran alegría que me invadió en ese momento—La gente siempre está conmigo un ratito... pero luego se van... ¿Tú te vas a quedar?—pregunté, elevando el tono de mi voz un par de octavas más de lo normal.

"eso se puede" me resono en mi cabeza cuando la oi hablar, como empezaba a sonar su voz cada ves mas alegre. Abri los ojos sorprendida al ver que ella al parecer si aceptaria.

-Claro que se puede.- murmure al escuchar que me preguntaba si me quedaria. ¿a ella le gustaria que me quedara? me pregunte y sonrei alegre.- Pues eso pretendo pero... mi pregunta es.- dije mirandola sin soltar su manita.- ¿quieres quedarte conmigo?, hariamos muchas cosas divertidas, conoceriamos mas vampiros y vampiras, buscariamos un lugar en donde vivir juntas, y te presentaria aun chico el cual me gusta bastante... seriamos a si como.. HErmanas.- le dije sonriendo mientras la miraba fijamente.

Me llevé una de las mano a la boca mientras que me ponía en pie de golpe. Empecé a dar pequeños saltitos en el sitio.

—¿¡De verdad!?—exclamé—¿¡De verdad verdadosa!?—ni siquiera sabía si existía esa palabra, pero la emoción no me dejaba pensar con claridad—¿Seríamos como hermanas? Yo siempre he querido tener una hermana...

Solto mi mano rapidamente poniendoselas en su boquita mientras exclamaba con emocion lo que acababa de proponerle, parecia no creerlo, daba pequeños saltitos y sonreia alegre.

-Claro que si !!!.- exclame levantandome y tomandola en mi brazos para empezar a dar vueltas con ella.- Seremos hermanas para siempreee!.- dije abrazandola y dejandome caer con ella al suelo de cesped.- Entonces.. ¿te gusta la idea?.- murmure sonriendole alegre mirandola de lado en el suelo.

Me encantó cuando me elevó por los aires dándome vueltas y cuando caimos sobre la hierba no pude evitar el soltar una gran carcajada.
Hacía tiempo que no reía así, con tantas ganas.

—¡Si! ¡Si! ¡Si!—exclamé casi chillando—¡Me encanta! ¡Me encanta!

Rei divertida y demaciado alegre.
Nunca en mi vida habia estado tan alegre como ahora.
Era como un regalo del cielo haberme encontrado con aquella pequeña que nisiquiera sabia su nombre.

-Ahahaha!!.- rei divertida escuchandola a ella reir tambien, que hermoso sonrino producia su risa.- ¿como te llamas pequeña?.- pregunte curiosa mientras la miraba en la hierva.

Me incorporé levemente del suelo, quedando sentada con las piernas cruzadas sobre el cesped.

—Alice Moretz, señorita—dije muy seria mientras que le tendía la mano. En el orfanato me habían enseñado que presentarme así era lo correcto—¿Y tú?

La mire como se incorporaba y se sentaba con delicadesa en el suelo para ponerse seria y presentarce.

Abri los ojos y rei tomando su manita y moverla de arriba a abajo con cuidado.- Por que te pones tan seria pequeña?.- pregunte sonriendo.
-Yo soy Amina Droguette.- sonrei mas aun y bese su manita-

Me encogí levemente de hombros cuando me pregunto.Simplemente, me habían enseñado que cuando te presentabas lo tenías que hacer de una manera "seria y solemne", aunque nunca había comprendido lo que significaba la segunda palabra...

Volví a sonreir y me acerqué lentamente a ella. Pasé mis brazos alrededor de su cuello y le di un suave beso en la mejilla.

—Tengo miedo a que seas una ilusión, ¿sabes?—murmuré bajito—Tú no vas a desaparecer, ¿no?—y es que no era la primera vez que mi don me jugaba una mala pasada...

La mire sonriendo levemente sin mostrar mis dientes.
La mire atenta cuando se aserco lentamente y paso sus pequeños brazos por mi cuello para luego susurrar bajito aquello que me parecio muy comun a lo que yo pensaba antes cuando estaba sola.

-Claro que no... Ahora estoy contigo, y no desaparece.- murmure en su oido suavemente mientras pasaba mis brazos por su cinturita y le apretaba levemente.- Entonces... ¿tu tambien creas ilusiones?.- sonrei preguntandole.- Yo tambien creo ilusiones.- le saque la lengua y sonrei

Me llevé la mano a la boca, mirándola con sorpresa. Era la primera persona que encontraba con un don igual que el mío, lo que que me sorprendió gratamente.

—Vaya...—murmuré mientras que volvía sonreir.

Me quedé mirándola fijamente a los ojos, y despues de unos segundos, volví a abrazarla de nuevo.
Llevaba mucho tiempo buscando el tipo de cariño que Amina me ofrecía. Mucho tiempo.

Me encanto esa carita sorprendida que hizo y mostro al saber que yo tambien tenia su mismo don.
Que amor de pequeña que era.
Como me encantaba, y mas al saber que seria como mi hermanita pequeña.
Su abrazo nuevamente me tomo por sorpresa. y sonrei tiernamente emvolviendola en los mios y dandole un beso en su pequeña cabellera.

¿estas sorprendida.- pregunte con voz suave en su oido mientras la sentaba en mis piernas.

Asentí con la cabeza suavemente.

—Un poco la verdad—admití—Pero es normal. Si somos hermanas, tenemos que tener el mismo don, ¿no?—dije como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Ambas reimos durante algunos segundos. Despues, me quedé callada de nuevo, ordenando las ideas de mi pequeña cabecita.

—¿Y vives en esta ciudad? ¿En Forks?—pregunté con curiosidad.