¡Vamos por los Zapatos! (Rosalie)

- Lo sé...

Susurré cuando me respondió respecto a lo primero. Todos sabíamos que Alice no tenía recuerdo alguno sobre eso, incluso no sabíamos mucho más hasta el incidente de James hacía unos años. Ni siquiera valía la pena recordarlo.

Por fin llegamos al local, de nuevo se veía mucho mejor de lo que yo esperaba. No debía subestimar tanto los locales de Port Angeles. Alice apresuró el paso dando saltitos, yo seguí caminando con tranquilidad, pero también estaba emocionada. Cuando por fin llegué a su lado me percaté de que había menos gente que en la tienda anterior. Mejor.

- No pasa de que se vayan caminando sin nosotras. - respondí con tono bromista. - Tiene buena pinta el lugar.

Dije mientras entraba y hechaba un vistazo a nuestro alrededor. Había demasiados modelos de zapatos por todas partes. De inmediato una dependienta nos vió entrar y se acercó a nosotros con una sonrisa en el rostro, quería ayudarnos.

Mientras Alice se dirigía a la humana, yo por mi parte ya había empezado a caminar por todos los estantes. No buscaba nada en particular y nunca estaba más de ver toda la mercancia.

- Lo tengo en mente, diviertete.

Respondí con el mismo tono mientras me giraba para observar a donde se iban. Iría por ahí en unos instantes. A decir verdad, aunque me encantaban las zapatillas de tacones altos, hoy tenía ganas de comprar unas simples y elegantes sandalias. Encontre un estante dedicado a estas. Había de todos colores y estilos. Pero justo como Alice había previsto, me enamoré de unas plateadas. Sencillas pero a la vez elegantes, las tomé y fui a sentarme para probarmelas.

Otra empleada fue a preguntarme si podía hacer algo por mi. Dude un poco, no necesitaba mucha ayuda y justo cuando iba a negarme me percate de que no era el tamaño adecuado para mi.

- Claro, me preguntó si tiene este estilo y el mismo color pero del 37 1/2... me ayudaría mucho si me lo puede proporcionar por favor.

Asintió y acto seguido se alejó prometiendo regresar en cuanto le fuera posible, sonreí complacida y mientras esperaba me levanté para hecharle otro vistazo al estante de sandalias.

Estaba entretenida viendo los estantes, esperando que regresará la señorita. No es que yo fuera impaciente, después de todo tenía todo el tiempo del mundo, pero tenía muchas ganas de probarme esos zapatos por lo cual no podía sentarme y quedarme quieta.

Por fin regreso mostrandome el par y pidiendome perdón por la tardanza. Le dije que no se preocupará al respecto y volví a sentarme para probarmelos, una vez que los tenía puesto me levante para admirarlos. Justo como yo quería, me quedaban a la perfección y se veían muy bien. Le sonreí a la chica. - Me los llevo, pero...

No pude terminar puesto que giré mi vista hacia la caja. Alice estaba ahí, pero su semblante no era bueno. La conocía tan bien, a pesar de que podía verse normal para los demás yo sabía que no era así. Me alejé de la chica entonces, tomando los zapatos que yo traía desde que entramos en la tienda y dejando el otro par ahí. La señorita me decía algo pero le ignoré, llegué con Alice y la miré unos instantes.

- Qué ocurre? - pregunté tratando de sonar tranquila.

Espere al lado de Alice, con infinita paciencia mientras la cajera cobraba a las personas. Le tocó a Alice y a pesar de que yo sabía que los zapatos le habían encantado su semblante no cambió. Estaba seria y poniendo su mejor esfuerzo por controlarse.
Todas mis dudas se disiparón cuando mi hermana me respondió. Quería, más bien, debía cazar de inmediato.

Para nuestra suerte la encargada no sospecho de la frase de Alice, casi le arrebató las bolsas de la mano y le agradecía a todas por su infinito y amable servicio. Luego tomé la mano de Alice para que salieramos de ahí.

- Iremos a cazar de inmediato. - sentencié. - No te preocupes, podemos volver a venir una vez terminemos de cazar... pero tenemos que asegurarnos de que estes satisfecha primero.

Llegamos de prisa al auto y coloqué los zapatos de Alice en los asientos traseros, luego corrí para subirme y encender al convertible. - Ponte el cinturón. - bromeé. - Podré no ser Edward pero hoy planeo que me den una multa.

Le guiñé un ojo para luego salir del estacionamiento, iríamos directo al bosque a cazar lo que pudieramos.

- No pienso matarlo... solo dejarlo en el hospital un par de semanas.

Comenzé a conducir lo más rápido que pude, era cierto que yo normalmente prefiría manejar con precaución, pero si Edward podía manejar a mucha más velocidad que yo entonces yo también podía hacerlo.
Llegamos a Forks bastante más rápido de lo que creí y de inmediato pisé el acelerador para llegar al bosque.

- Tendrá que creerlo cuando vea que no hay más que una bolsa. - repusé sonriente. - No compré nada, pero eso no importa... retomaremos nuestras compras después, asi que no te preocupes.

Me detuve al llegar al bosque, había metido el auto hasta donde pude para no levantar sospechas. - De aquí tendremos que correr... El convertible estará a salvo. Venga!

Salté del asiento del piloto y caí con gracia en el pasto, luego heché a correr sabiendo que Alice me seguiría. Empezé a localizar lo que seria nuestra caza, quizá hasta podríamos divertirnos aquí... una competencia.