salón- comedor

Llego a mi casa algo mojada a causa de la lluvia. Miro a Arabella, que viene conmigo.
-Bueno... pues esta es mi humilde morada. digo sonriente.
Cojo un par de toallas del armario y le tiro una a Arabella.
-Mejor secate, que no quiero que cojas una pulmonía por mi culpa. Comento riendo mientras me seco la cabeza un poco.
-Por fa ¡Sientete como en tu casa! Digo

- Una muy linda casa! - Dije impresionada, hace mucho que no me quedaba en una casa así, tan... hogareña? Podría ser esa la palabra, pero no estaba segura. Levanté las manos en reflejo atrapando la toalla antes de darme cuenta, sonreí en agradecimiento

- No te preocupes, no soy de las que se enferman - Di un par de pasos más mientras me secaba los brazos, mis ojos curiosos se pasearon por cada rincon del lugar antes de que pudiera sentirme avergonzada por escudriñar la casa de esa manera - "Que maleducada Arabela!" - Me regañé mentalmente y pasé a secar descuidadamente mi cabello. Me sentí rara al escucharla decir "tu casa" ya que ese era un dato que realmente no recordaba.

Reflexioné un poco rapidamente, sintiendome algo perdida nuevamente al no tener algo que llamar "mi casa" o "mi hogar", tenía amigos y los recordaba a todos claramente, en especial a Charlotte que fue su primera amiga pero... Tampoco tenía algo que llamar "mi familia" y aunque no entendía bien el concepto era algo que parecía necesario para las personas.

- Realmente es una casa muy bonita... - Susurré nuevamente con la cabeza baja mientras frotaba la toalla contra mis cabellos, secando y despeinando a la vez

Me seco el pelo y le sonrío.
-Gracias, Arabella. Digo.
Miro la casa y observo como ella parece reflexionar acerca de algo.
-¿Sabes? Aún no la siento del todo mi hogar... una parte de mi sigue llamando hogar al orfanato donde crecí. Digo a media voz mientras mis ojos se posan un momento en una foto en la que aparecemos Alaska y yo de pequeñas, riendonos.
-A veces desearía volver a ser la cría despreocupada de antes... pero una parte de mi no quiere... soy como el doctor Jekyll y Mister Hyde en eso.
Vuelvo al presente:
-¿Quieres tomar algo?

- No gracias, estoy bien así... Me pregunto en que historia encontrarias a alguien como yo, no tengo un hogar y no recuerdo haber tenido uno. Hay historias para personas sin hogar? -

Pregunté con curiosidad alzando la cabeza para mirarla y llevando una mano a mi cabello. Comencé a acomodarlo con los dedos mientras esperaba alguna respuesta. No era un tema que me entristeciera, pero si me provocaba bastante curiosidad y en ocaciones me hacia sentir incomoda ya que no lo comprendía. Como Charlotte decía "Todos tienen alguien con quien contar" pero estando tan lejos no se podría decir que nos teníamos la una a la otra... a quien teniamos entonces? Se necesita tener a alguien?

-Mmm si, gente así hay. Mi propio padrino, sin ir más lejos. Digo suavemente.
Pongo la toalla en el radiador.
-Él cree no necesitar a nadie, pero se equivoca, todos necesitamos a alguien, ya sea para contarle nuestras penas en un caso de grave aflicción, para pedir consejo, pero sobretodo necesitamos a alguien que nos quiera y con él que podamos compartir los buenos momentos. Que seamos más fuertes o no ante la soledad es una cosa, pero el necesitar a alguien o no, todos lo necesitamos. Digo de manera suave, convencida de que es verdad eso que estoy diciendo.

Escuché con atención cada palabra y asentí levemente al final

- Entonces es importante... - Susurré para mis adentros. Luego volvi a sonreir olvidando un poco el tema - Hace cuanto vives aqui? - Miré los muebles dudosa, pero no lo pensé mucho porque, despues de todo, estaba mojada y sería descortes de mi parte

Apoyo un codo en la encimera y la miro.
-mmm dos meses como mucho. pero que queires que te diga? Que desde que llegué me siento anti-social, alicaida, tristona... porque no me encuentro a mi misma en un laberinto en el que me he metido.
Suspiro.
-¿Quieres algo de beber? Me queda algún conejo para morderle. Le ofrezco.

- Supongo que estaría bien, gracias - Respondo aceptando la bebida finalmente

- Hablando de comidas, que prefieres? - Pregunto con curiosidad, a veces me sorprendía de escuchar la variedad de respuestas y siempre me resultaba interesante. En todo caso, tal vez ya había preguntado demasiado sobre su vida en este lugar, no caería mal un cambio de tema

La miro.
-Los dulces siguen siendo mi perdición, prefiero lo dulce a lo saldo. Digo con uan sonrisa traviesa.
-¿Y tu?

Sonrío contenta.
-¡Pues mira tu que bien! Oye, y tu dimelo a mi... ¿Cual es tu dulce favorito?